22 de noviembre de 2023: "Esperanza"





ESPERANZA

Begoña Martínez Castillo


Se sentaron frente a frente, y mirándose, comenzaron a hablar.

-Bueno, muy pronto será nuestro veinticinco aniversario, y creo que es un buen momento para hacer balance de nuestra relación.

-¿Relación? Extraña forma de llamar a una convivencia impuesta, desde aquel día que entraste sin permiso en mi vida, como un elefante en una cacharrería, poniéndolo todo patas arriba.

-No me quedó otro remedio.

-¿Cómo dices?

-Pasé años llamando a tu puerta de una manera más discreta…Aquellos mareos, los vértigos de tu adolescencia, en que pasabas días sin dejar de vomitar, los hormigueos en las piernas… Pero de nada sirvió, los médicos daban palos de ciego, buscando en el lugar equivocado, haciéndote perder el tiempo y sin hallar respuesta ni remedio alguno.

Tuve que echar la puerta abajo para que en la sala de urgencias del hospital, a una doctora se le ocurriera avisar al neurólogo que, días más tarde nos presentó oficialmente.

-No, si al final voy a tener que agradecerte aquellos terribles días de marzo de 1999.

-Jamás lo pretendería, soy consciente de que, por mi causa, has tenido que renunciar a tantas cosas durante este tiempo.

-A demasiadas…

-Y te pido perdón por ello, aunque ya de nada sirva. Pero no todo ha sido tan malo, hemos tenido nuestros buenos momentos, lo has dicho en más de una ocasión.

-Es cierto, sería injusta si sólo te hiciera reproches por lo que me has quitado sin reconocer que, a cambio, aunque nunca puedas compensar lo perdido, me has ofrecido cosas muy valiosas. A través de ti he conocido personas maravillosas que me han regalado lecciones de vida impagables. Has abierto caminos en mi mente que desconocía que existieran. Me has enseñado se puede saborear la vida de muchas formas, a disfrutar de cada instante, de cada pequeño detalle, a prestar más atención al hoy, a estar presente…

-Es hermoso eso que me dices. Al final el balance de este cuarto se siglo de convivencia no va a ser tan negativo como esperaba.

-No voy a mentirte, preferiría no haberte conocido, que nunca te hubieras acercado a mí, pero…

-¿Pero?

-Ya que estamos aquí y quizá pase junto a ti toda mi vida, con tu permiso, estoy intentando hacerla lo mas bonita posible.

¿Quizá, dices? Después de veinticinco años, ¿Crees que existe alguna posibilidad de que me marche algún día?

-No sé si lo creo, pero lo espero, no por mi, ya me he acostumbrado a ti, sino por aquellos a los que, sin ellos sospecharlo, estés ya acechando.

-Tal vez esperes en vano.

-Tal vez, pero la esperanza es el sentimiento más poderoso que existe para sobrevivir y enfrentarse a cualquier adversidad, y esa, jamás podrás arrebatármela.

-Aguardaremos juntos entonces…












Comentarios

  1. Creo que no se puede escribir con más sensibilidad sobre una enfermedad tan dura y que limita tanto la vida de quienes la padecen.
    Esta reflexión de Begoña, donde se hace un canto a la esperanza y a afrontar la vida con optimismo, demuestra que hay quien puede encontrar la felicidad a pesar de todos los obstáculos.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario

Entradas populares