HISTORIA 4: ANA RIOS SONEIRA

 

HISTORIA 4: ANA RIOS SONEIRA 

Desde 2016, Ana tenía problemas en la columna y vivía con constante dolor y problemas para mantenerse sentada o de pie de forma continuada.  Tras haberse operado dos veces, los médicos perdieron la esperanza en poder ayudarla a recuperar movilidad a través de una operación y le dijeron que no podían hacer nada, que la única opción era la implantación de un neuroestimulador.  Pero como rendirse y conformarse, no era una opción para ella, decidió ir a León a la consulta de un prestigioso neurocirujano que le explicó su situación y le propuso realizar una 3ª intervención. En ese momento, Ana accedió y se prometió a sí misma hacer el Camino de Santiago desde León si recuperaba la movilidad. Para sorpresa de Ana y todos sus familiares, al día siguiente de la cirugía podía sentarse, mantenerse en una silla para comer por sí sola e incluso ducharse sin sentir mucho dolor. Y, por supuesto, cuando se recuperó en su totalidad en 2022, cumplió su promesa e inició el Camino que prometió.

 Durante ese largo camino de aproximadamente 300 km, empezó a notar que cuando llegaba a los destinos por los que pasaban las etapas, no conseguía ver el cartel del nombre del pueblo con claridad. Tenía la sensación de que no enfocaba bien y veía borroso. Al principio, pensó que podría ser por el mismo cansancio o por llevar gafas. Así que, se puso las lentillas, pero no consiguió mejorar su visión. Además, unos días después, empezó a notar que la pierna derecha perdía fuerza y que en cuestas abajo se sentía insegura por si le fallaba la pierna. Cuando vio que todos esos síntomas se alargaban en el transcurso de los días, se lo comentó a su neurocirujano, quién le recomendó acudir al neurólogo de inmediato ya que no eran problemas asociados a la patología de columna.

 Unos años antes, había estado realizando pruebas y había acudido a la Unidad de Neurología mientras trabajaba como TCE en el hospital de A Coruña por otros síntomas como la pérdida de fuerza en las manos y cefaleas constantes entre 2017-2020. Pero solían asociarlo a la problemática en su espalda. Además, cuando llegó la pandemia, un día la llamaron sin cita desde Neurología: “Me dijeron que lo ideal sería realizar una punción lumbar, pero al estar en pandemia sería un trastorno hacerla”, así que paralizaron todo el seguimiento y pruebas pendientes.

Por consejo de su neurocirujano, acude a un neurólogo especialista de Madrid que, viendo su resonancia de 2017, le recomendó acudir a hacerse los potenciales evocados y la punción lumbar en su ciudad. Y así hizo, volvió a Coruña y se realizó de nuevo todas las pruebas en una clínica privada para acelerar el proceso y saber que tenía, ya que llevaba muchos años intuyendo que le pasaba algo más allá de la espalda y necesitaba saberlo cuanto antes. 

 Una vez realizadas todas las pruebas, y tras un año de seguimiento por parte de la neuróloga, le recomendó acudir a la cita acompañada para darle los resultados. Eso le hizo pensar que tenía algo grave e incluso llegó a pensar que tenía un tumor cerebral. Cuando acudió a la cita y le dijeron que era Esclerosis Múltiple, sintió un gran alivio.

Agradece mucho que la neuróloga le aportase toda la información que necesitaba y le explicase todos los tipos de EM que existían además de comentarle que, por la evolución de sus lesiones y sus síntomas, supo que tenía una primaria progresiva. A partir de ahí, acudió a la Seguridad Social, con la esperanza de que todo fuese lento.

 “A pesar de saber que la enfermedad progresaría, nunca pensé que tendría esta evolución tan rápida. Desde 2022 hasta ahora, he pasado de hacer un Camino de Santiago a no caminar más de medio kilómetro. Es por eso que, he aprendido mucho a valorar cada día y cada momento y no dejar para más adelante las cosas que quiero y puedo hacer ahora. A cualquier persona que esté pasando por una situación parecida, le diría que no tome la EM como una enemiga, porque con ella aprenderá a saber quién merece la pena que te acompañe en los malos momentos y, también le recomendaría acudir a su entidad de referencia para recibir información fiable, así como acudir a profesionales para aprender herramientas para gestionar su situación y estar abierta a hacer actividades que jamás te planteaste pero ahora tienes la oportunidad, por eso hay que valorarlo.”