15 de diciembre de 2023: "Un café, por favor".

 

Un café, por favor

Ana Estefanía Fernández Rey

3 de enero de 2017

Dos nada experimentados montañeros a 3.000 metros de altura.

Rubén y yo, tras 15 años acompañándonos.

Subimos al Puntal de Juntillas, con un amigo que nos servía de guía, tras una larga caminata por la nieve que cubría nuestras piernas, como si no quisiera dejarnos avanzar.

En el asombro ante las cumbres blancas y vírgenes de Sierra Nevada, todo era silencio y sentíamos el poder, el poder tras coronar una montaña que se nos atragantaba, satisfactorio pero duro, muy duro, aunque no tanto como lo que vendría tiempo después.

Nos fundimos en nuestros brazos, ese abrazo que recordaremos siempre. Y con la mente en ese viaje que estábamos planeando. Suiza.

4 de enero de 2017

Tras un esfuerzo de 8 horas lo que esperaba al día siguiente era dolor en todo el cuerpo, como decimos en mi tierra "maniotas", las temibles agujetas. Pero lo único que apareció fue una extraña insensibilidad en el muslo de mi pierna izquierda, tocaba, pellizcaba y no sentía nada. Y nada me preocupaba, porque estaba feliz y orgullosa de haber podido alcanzar aquella cumbre, a 3.139 metros. Será una pinzamiento, pensé.

Él se jactaba, podía darme palmaditas en la cacha y no me quejaba.

20 de enero de 2017

Transcurridos unos días con el adormecimiento en mi piel, acudí al hospital, el médico decidió que necesitaba una resonancia... ¿para qué? Pues para saber que hay una probabilidad de una enfermedad desmielinizante. Atónita y temblorosa busqué con qué enfermedades me podía encontrar. Las leí y no les hice mucho caso, ¿cómo me iba a tocar a mi algo de esto? ¡Ni de broma! Revisión en 6 meses.

Itinerario previsto del viaje: Ginebra, Berna, Lucerna, Zurich, Interlaken, Lauterbrunnen...

Iba cogiendo forma, al igual que nuestra ilusión.

15 de febrero de 2017

A seguir con mi vida de familia, amigos, deporte y trabajo, con una casi imperceptible preocupación, aunque con la mosca detrás de la oreja... Bueno pero qué mierda es ésta, estaba asustada, acojonada, muerta de miedo...y con la sonrisa puesta porque no quería que nadie pasara por el miedo que yo tenía.

Pero él siempre acertaba con sus palabras y sus gestos. Es aire.

Duración del viaje: aproximadamente un mes. Con nuestra hija Greta.

8 de junio de 2017

Un encuentro fortuito por la calle, despertó (aún más) la intranquilidad. Un amigo, neurólogo, que cuando le expliqué que tenía dormida mi otra pierna, su cara me lo dijo TODO, lo que me hizo repasar aquella lista de enfermedades y... supe cuál era la mía. Tenía que ir a hacerme más pruebas.

Me dijo que podíamos cancerlar el viaje si no me encontraba bien. En sus brazos todo es fácil.

¡Nooo! Estábamos apunto de iniciar el viaje en furgo por Suíza, el viaje soñado, todo organizado y no quería estropearlo de ninguna manera. Subiríamos más montañas.

2 de julio de 2017

Fue un viaje perfecto para nuestras almas, aunque mi pierna quiso ser la protagonista todo el tiempo, nos hizo cambiar muchos planes, se portó francamente mal , pero no le quedó otra que esperar un poco más.

Finales de agosto de 2017

Estoy contigo, el camino, al igual que el viaje, lo haremos juntos.

8 de septiembre de 2017

Vuelta a la realidad, el viaje había terminado. Era hora de enfrentarme al problema y tras muchas, muchas pruebas y consultas, el veredicto...un sobre.

El sobre con el informe que cambiaría nuestras vidas. Un cambio inminente. Un sobre que tenía entre mis manos temblorosas, en cuanto lo abrí en el solitario pasillo del hospital, ni oía, ni veía, todo iba a cámara lenta, todo era borroso. Con un miedo atroz asimilé la información: compatible con Esclerosis Múltiple, lo que me temía... No podía ser verdad.

¿Cómo se lo digo?

Recuerdo una respiración sin aire, salí a la calle pixelada por el miedo y caminé por un agujero en el tiempo, sin memoria, sin percibir lo que me rodeaba, hasta llegar a una terraza de un bar en la Plaza del Museo, donde sin pensarlo, dije:

¡Un café, por favor!

Cómo, cuándo y por qué se había realizado aquel descenso estrepitoso, de lo alto y eufórico de aquella montaña a lo más bajo y triste de mi alma.

Se lo dije mientras se duchaba. Me acarició con su mirada.

Hoy, febrero de 2019

Transcurridos dos años de aquel día del Puntal de Juntillas, en los que mi cuerpo, cabeza y corazón han vivido en una espiral de emociones, puedo decir que hoy estoy en paz, ordenada, sabiendo que he aprendido mucho, mucho de todo este largo y duro proceso, de ese sobre y de las palabras que contenía y sobretodo... de ese ¡CAFÉ! y de ti, Rubén.

Seguiremos caminando...







Comentarios

  1. Espectacular, a seguir caminando

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  2. ¡Increíble relato!
    Seguiremos caminando siempre a tu lado sestra 💜

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  3. Que bonito... Unha aperta moi forte, compañeiros.
    Benxa.

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  4. Muy bonito!!!! Mucha fuerza!!!! Espectacular!!!! Un saludo y mucho ánimo!!!! 💪💪R.G.A

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