5 de diciembre de 2023

 

Mar Ibáñez Ortega

Mar nació el 03 de julio de 1966, en Madrid, es la pequeña de cuatro hermanos (dos hermanas y un hermano).

Toda la vida estuvo viviendo en Madrid, en el barrio de Aluche, hasta que se mudó a Meco, buscando la tranquilidad junto a sus padres, con quienes ha vivido hasta que los mismos fallecieron. Al morir su madre, se cambió a vivir a Azuqueca de Henares (Guadalajara), junto a su hermana gemela con la que tiene un vínculo muy estrecho y especial desde el primer momento.

Siempre ha ido junto con su hermana gemela a todos sitios, a dicho vínculo se han sumado su cuñado y sobrinos. Aunque dichas personas han sido y son piezas claves en su vida y convivencia día a día, siente que a veces les resta privacidad y limita sus opciones de ocio y tiempo libre por no querer dejarla sola, al ejercer funciones de cuidadora no formal dentro de la familia su hermana. Indica que, aunque el papel de cuidadores no profesionales, en el ámbito familiar es positivísimo y esencial para las personas con discapacidad, le gustaría que su hermana se cuidase un poco más a ella misma, para las dos llegar a estar más fuerte, ya que ver bien a su hermana le hace sentirse a ella mejor todavía.

Los veranos, de niña, los pasaba en Salobreña (de donde era su madre) junto a sus tíos y primos y toda su familia, jugando como cualquier niña/o y bañándose en el mar. Actualmente le encanta ir a la playa y ver a su cuñado y sobrinos disfrutar con las olas, pese a que ella ya no puede hacerlo, pues reconoce que como consecuencia de la enfermedad y su inestabilidad en el agua ha empezado a tenerle miedo a oleaje; por este motivo indica que prefiere bañarse en las piscinas cuando va de veraneo y ver el mar (haciendo honor a su nombre) desde debajo de la sombrilla.

Le ha gustado mucho viajar, también le encantaba ir a Galicia con su hermano, su cuñada y sobrinos concretamente a Vigo.

Otras de sus grandes aficiones son los animales, por lo que tienen gatos en casa. Indica que antes de tener diagnosticada la esclerosis múltiple montaba a caballo; cuando le diagnosticaron la enfermedad preguntó si podría seguir haciéndolo y le indicaron que, no solamente podía, sino que le iba a venir hasta bien y que el caballo la ayudaría, señala que así fue durante una larga temporada.

En el año 1992, con 26 años, le diagnosticaron la Esclerosis Múltiple, tras sucesivas pruebas y diferentes diagnósticos, hasta que pudieron hacerle una resonancia. El principio fue muy duro para ella y sobre todo por su padre, por sucesivos ingresos y falsas alarmas de otras enfermedades.
Mar estuvo trabajando en mantenimiento en el Ministerio de Defensa, en Madrid desde los 20 años hasta los 26, momento en que lo tuvo que dejar por aspectos físicos y de pérdida de visión, debido a la enfermedad.

En el momento en que le diagnosticaron, la esclerosis múltiple era muy desconocida.

Sus amigos poco a poco, por desconocimiento se fueron separando de ella, rompiéndose vínculos. Precisó tratamiento psicológico, lo que consideró de gran apoyo y punto de inflexión.

Empezó a hacer ejercicios en el hospital de Alcalá de Henares, de rehabilitación, desde donde le remitieron a la Asociación de Esclerosis Múltiple de Guadalajara (ADEM-GU).

Su participación en la asociación la describe como fundamental para su rehabilitación social, física y psicológica, sintió que le dieron el ánimo, fuerza y la rehabilitación necesaria y fundamental para pasar a encontrarse como está actualmente. Es una de las primeras personas que participaron en la misma.

Actualmente siente que puede hacer su vida normal, ha retomado el pulso al 98%, como indica. Tanto a nivel social, de movilidad.

En la asociación conoció a Pedro, con quien ha hecho una amistad que se ha ido incrementando hasta llegar a ser pareja.






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