Historia 1: Sonia Herrero Vicente
HISTORIA 1: SONIA HERRERO VICENTE
Me llamo Sonia y pensé que hablar de mi trayectoria con la enfermedad, que es desde hace ya algún tiempo, mi compañera de viaje, sería mucho más sencillo, pero para qué engañarme, no, no es nada fácil, es DOLOROSO; hablo de la ESCLEROSIS MÚLTIPLE.
En mi cuerpo todo comenzó alrededor de 1993, yo había acabado mis estudios y me sentía capaz de “comerme el mundo”, tenía grandes proyectos, todo era FUTURO. Qué ingenua me siento ahora: un buen día todo cambió radicalmente.
Iba a cruzar la calle y me quedé paralizada porque veía los coches dobles, no entendía nada, pensé que estaría cansada, llegué a casa y me acosté pronto. Al día siguiente, nooo! seguía viendo doble y borroso y ni yo ni mi familia encontrábamos explicación alguna. No sé por qué no le pedí consulta a un oftalmólogo sino a un neurólogo que conocía porque habían ido mis padres. Cuándo me recibió este doctor me recetó ansiolíticos porque le comenté y era cierto que últimamente me encontraba muy nerviosa. Con esos medicamentos mi vista reaccionó rápidamente y se puso bien.
Un par de meses después perdí la vista en el ojo derecho, acudí al mismo doctor y en esta ocasión me pidió potenciales evocados y un TAC y en esos pases había escrito EM? Me prescribió corticoides. No tenía ni idea de a qué se podían referir esas siglas y ninguna prueba fue concluyente, no había diagnóstico claro. Yo mejoré pero bastante más despacio y sin llegar a recuperar mi visión al 100 por 100. Todos los días me hacía pruebas tapándome un ojo y el otro alternativamente y aunque notaba que bien no estaba me defendía. Nos fuimos tranquilizando todos, pero unos meses más tarde de nuevo el mismo ojo dejó de ver. El neurólogo me ingresó, esta vez me hicieron una resonancia magnética unos días después me propuso la punción lumbar y la hicimos; quedamos en su consulta para hablar de los resultados de las pruebas. A la cita acudimos mis dos hermanas y yo y dijo que la punción confirmaba que tenía Esclerosis Múltiple. Ninguna habíamos escuchado esta enfermedad, yo nerviosa empecé a preguntar por el tratamiento y según me explicaba dije: “me está diciendo ¿qué es incurable?” Él respondió: “no mujer, crónica” yo respondí; “eso significa lo mismo”.
Empecé a informarme y me hice socia de la asociación de Málaga pero ese día allí vi sillas de ruedas y... y no aparecí hasta 10 años después; no quería aceptar esa enfermedad, tenía tanto MIEDO. Perdí mi tiempo.
Desde entonces he tenido algunos brotes destacaría: uno que me afectó a la pierna derecha y hacía que cojeara, aunque poco a poco logré corregir bastante la cojera aunque me quedó un dolor residual y constante. Tuve otro en 2005 que me afectó a la visión de ojo izquierdo. El síntoma de la FATIGA también está muy presente. Me he estado inyectando Interferón Beta durante más de 20 años, ahora tomo una pastilla al día de Teriflunomida 14.
Un abrazo enorme Sonia❤️
ResponderEliminarGracias por compartir tu historia! A vivir!
ResponderEliminar