HISTORIA 17: CARMEN CANÓS MOYA
HISTORIA 17: CARMEN CANÓS MOYA
Soy Carmen Canós, tengo 51 años y soy de Segorbe (Castellón).
Tengo el diagnóstico de Esclerosis Múltiple desde los 19 años (1992). Sin embargo, los problemas aparecieron antes. Con 17 años empecé a sufrir mareos, angustia y vómitos con frecuencia.
Una noche me acosté bien y a la mañana siguiente tenía medio cuerpo que no sentía nada. Era como si lo tuviese acolchado. Iba a coger una cuchara y no era capaz de saber si la estaba sujetando o no. Mi madre y yo estábamos preocupadas y confundidas. No teníamos ni idea de lo que era. Había tomado la decisión de irme a vivir a otra ciudad para trabajar como camarera, y me daba miedo que me pudiera volver a ocurrir estando lejos de mi familia.
Al principio, el médico pensaba que podría ser un caso de vértigo. Después de muchas pruebas fallidas en el hospital de mi población, me derivaron a un especialista y allí escuché por primera vez el nombre de la enfermedad que tenía: “Esclerosis Múltiple”, y yo respondí “¿Eso qué es?” Después de una explicación detallada de la enfermedad, me comentó que era importante tomar consciencia de mi enfermedad, y de las dificultades que podía suponer, pero que no debía obsesionarme con ella porque mi vida seguía.
Poco después, salió un medicamento experimental. Después de ver un vídeo explicativo, no quería probarlo porque me sentía como un conejillo de indias. Más adelante (octubre, 1999) me vi obligada a cambiar de opinión porque me empecé a encontrar peor. Me tenía que pinchar y, al principio, me salían moratones en las piernas. Como consecuencia, dejé de ponerme falda porque me daban vergüenza las marcas y también iba menos a la playa y a las piscinas. Luego, los efectos de la medicación mejoraron y decidí seguir tomándola durante muchos años. Como fueron tantos años (en concreto 23 años), la especialista de ahora, me cambió el tratamiento porque me pinchaba para nada.
La novedad fueron unas pastillas, que más adelante también me quitaron porque a pesar de los beneficios que pudieran tener, me bajaban mucho las defensas.
Desde junio 2024 recibo una medicación por gotero. A día de hoy he comprendido que ya no puedo hacer lo mismo que hacía antes con la misma seguridad. No puedo realizar mucho esfuerzo físico porque siento que tengo más inestabilidad en el lado derecho del cuerpo, sobre todo en la pierna. Tengo la sensación de que me pesa más. Es como si tuviera una bola de hierro encadenada a mi tobillo, al estilo de un antiguo prisionero. Por ese motivo, lo arrastro muchas veces al andar y me agota. Suelo decir que hay dos Carmenes: la de antes de la esclerosis, la ligera, y la de ahora, la que pesa. Ahora tengo que ir descansando, pero puedo hacerlo todo si lo hago a mi ritmo.
Por suerte, puedo seguir desarrollando mi profesión habitual sin problema, ya que no me exige esfuerzos físicos. Soy profesora de música desde hace más de 22 años.
¡Muy buena, Carmen! Jiji :)
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