HISTORIA 7: NATALIA SACRISTÁN ORJALES

 


HISTORIA 7: NATALIA SACRISTÁN ORJALES

Un lunes de junio del 2021, Natalia empezó a notar que mientras trabajaba no conseguía ver con claridad los números y palabras de la pantalla de su ordenador. A pesar de barajar la posibilidad de tener la tensión baja, era una sensación que nunca había experimentado antes. Estuvo todo el día con dificultades para identificar ciertas cifras y lo más extraño es que, al día siguiente, seguía teniendo esa sensación. Sentía que no conseguía enfocar bien a la pantalla, como si los números se desplazaran. Incluso tuvo que pedir ayuda a sus compañeros porque no conseguía hacer su trabajo con normalidad. 

Además de este síntoma, a final de esa misma semana, empezó a no escribir con la misma letra de siempre. Natalia se extrañó al ver que también tenía dificultad para escribir en teclado, pero lo que más le sorprendió era no reconocer su propia letra. Estuvo unos minutos comparando la letra de ese día con otras cosas que había escrito con anterioridad y sentía que era incapaz de escribir de la misma forma, aun intentándolo. Estaba tan alucinada con esto que pidió opinión a sus compañeros en el trabajo y también se sorprendieron al ver que su letra era totalmente diferente; totalmente irreconocible.

Aun así, nunca llegó a pensar que podría ser algo neurológico o que tendría relación un síntoma con otro, así que quiso esperar durante esa semana a ver si con el descanso mejoraba. Pero no fue así, cuando llegó el fin de semana, se añadió una sensación de mareo que no le permitía caminar por su casa sin chocarse con las esquinas. Ese día, acudió al tanatorio por la pérdida de un familiar y una vez allí dentro, empezó a notar que esa sensación de mareo aumentó y, además, le faltaba el equilibrio. Su nivel de malestar era tan grande, que sus familiares pensaron que era un golpe de calor o alguna contractura en las cervicales, las cuales ya padecía con anterioridad. Pero no fue hasta el día siguiente, cuando no conseguía levantarse de la cama, que decidió acudir a urgencias ya que cada vez se encontraba peor. 

Ese domingo a las 17:00 cuando llegó al hospital, debido al colapso que había a nivel mundial en los hospitales por la presencia del COVID-19, el hospital estaba lleno y con mucho barullo de gente. Los servicios de urgencias estaban muy saturados y en las salas de observación había tanta gente que los enfermeros y médicos iban corriendo de un lado a otro. Además, no se podía acudir con ningún acompañante y cuando le hicieron el triaje, le dijeron “Qué suerte que hoy tenemos neurólogo de guardia” y Natalia se sintió muy confundida con la situación. El hecho de no poder estar acompañada en esos dos días en observación fue muy traumático para ella, por sus propios síntomas y la situación en general que existía en ese momento en el hospital. 

Quedó ingresada a la espera de poder realizarle una resonancia y, tras un par de largos días de exploración con 4 neurólogos diferentes, el jueves de esa semana fue cuando le hicieron la resonancia y tan solo unos minutos más tarde, la neuróloga le comentó que debían hacerle también una punción lumbar y los potenciales evocados. En esa misma mañana, sin reposo entre una y otra, le hicieron las tres pruebas y los médicos, con lo poco que vieron mientras las realizaban, ya tenían prácticamente claro el diagnóstico que, aunque no se lo comunicaron a ella, si se lo adelantaron a su madre. El sábado empezaron a remitir los síntomas gracias a los corticoides y llegó una nueva neuróloga con la hoja de alta y le comunicó que, a falta del resultado de la punción, todo apuntaba a Esclerosis Múltiple: “En ese momento quedé pálida y mi madre me tuvo que aclarar que no era ELA, entonces respiré un poco aliviada pero todavía no tenía ni idea de que estaba pasando. No quise buscar información en Google. Preferí esperar a recibir la información por el neurólogo especializado en dicha enfermedad, pero tardaron dos meses eternos en darme la cita. Dos semanas antes ya no pude aguantar más y busqué información en páginas fiables de asociaciones y fundaciones. Hay que ir con cuidado con la información que se busca porque estás en un momento vulnerable y de confusión, y es importante recibir sólo información fiable.”




Comentarios

  1. Gracias a la esclerosis múltiple he tenido la gran fortuna de cruzarme contigo Nati, que nunca se borre esa sonrisa de tu cara y sigue dando calidez y confort a todo el que se cruza en tu camino. Eres simplemente maravillosa

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  2. Natalia eres una campeona. No te rindas nunca. Encantada de conocerte. Sonríe siempre.

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  3. Te quiero, corazón. Mi ranita

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  4. Natalia, te conozco desde que eras un granito en la barriga de tu mamá y sé que eres una niña fuerte y luchadora, de sonrisa permanente y con un corazón lleno de bondad y amor. Todos los que te queremos, estaremos siempre a tu lado para sostenerte cuando tu ánimo decaiga. La vida, a veces, nos pone trabas y hay que aprender a vivir con ellas. Fuerza!!!! 💜

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