Historia 2- Carlos Martorell Herrero

Buenos días a todos. Escribo con el placer de contar cosas que desconocen muchos familiares y allegados. Agradezco poder rescatarlas porque, por dolorosas, las tenía mal enterradas, y revivirlas desde otra perspectiva temporal y vital, ha supuesto una especie de catarsis para mí.

Tras el diagnóstico en 2010, viví en negación hasta 2015; siempre he sido un poco “pacontraria”; hoy lo llaman “negacionismo”😜. Pero esto no es algo estrictamente negativo. Mi primera gran decisión tras el diagnóstico fue comprarme una moto…Creía encontrarme bien y la necesitaba como un náufrago un salvavidas. Mi hijo me apoyó con entusiasmo pero con ello conseguí que el mismo quisiera su moto…el peligro era aceptable para mi, pero no para él, claro!. Su madre no mostró gran entusiasmo, pero ahora entiendo que se hizo cargo de la situación. Su única queja fue un “no sé yo, con esto vas a abrir tus alas”. No era el único “negacionista” en casa. La moto alivió algo mis problemas de movilidad por dolor ciático y fatiga. Los atascos en la A2 eran insufribles, y con ella ganaba mucha rapidez. Era un placer peligroso; la verdad es que fui un poco inconsciente. El dolor ciático, y cierta debilidad en una pierna, me hacían caer al aparcar en algunas situaciones. Si las cámaras de seguridad hablaran, sería un sonrojo…😅. La moto fue una ilusión fugaz. En lo profesional, me pillo en el desarrollo de la Administración Electrónica en la Seguridad Social. La EM no me dejó saborear ese trabajo a gusto, en cambio, guardo grandes amistades de aquella época. 

En 2015 gran parte de mi vida desapareció; la moto no podía ser ya desde su salida del concesionario, y mi matrimonio terminó, aunque en este caso, la EM solo fue un protagonista “secundario”.
Siendo generoso diré que la EM me ha regalado una moto. ¿Me la habría comprado sin tenerla? Seguro que NO.
También me ha dado la obligación, y la oportunidad, de mantenerme mínimamente en forma: camino, nado, a veces con facilidad, otras con esfuerzo. ¿Lo haría con la misma intensidad sin la EM? NOOO…seguiría sentado delante de un ordenador mil horas al día.
Además, me ha devuelto la curiosidad por las Ciencias Biológicas, mis estudios universitarios. Desde el diagnóstico me he convertido en mi propio conejillo de indias, probando lo que considero razonable.
En 2018 llegó el segundo (y espero último) brote. Y ese verano cumplí otro sueño: un crucero por Noruega. Zarpé con muchas dudas sobre mi marcha, pero el viaje salió bien.
Sería insensato decir que no temo al futuro, pero me encuentro razonablemente bien, y me resisto a no mirar el futuro con cierto optimismo.
Me llamo Carlos y tengo esclerosis múltiple. Un abrazo a todos!




Comentarios

Entradas populares