Historia 3- María del Pilar Fernández Angulo

 Agradeciendo a mi EM

Mi nombre es Pilar, y mi historia con esclerosis múltiple es, corta pero intensa. A mis cincuenta y un años, tan sólo llevo tres diagnosticada y hasta el momento estable, por lo que -aunque asustada- también debo sentirme afortunada.

Mirando hacia atrás en mi vida, debo agradecer a mi EM que me dejara más de cuarenta años para vivir cada etapa de mi vida. Fui una niña disfrutona, querida, con carácter y una adolescente con sus altos y sus bajos, estudiante, y con proyectos.

Viajé y trabajé en otras ciudades y países, sin que ningún síntoma apareciera. Y cuando esta etapa finalizó, dejé de estar fuera de mi ciudad y fui madre. Quizá esta etapa haya sido la más cansada, pero la que más alegrías me dió, al vivir junto a mi hija, superando día a día la maternidad en solitario. Ser madre antes de mi diagnóstico ha sido también un regalo, al evitarme el temor que hubiese pasado al plantearme la maternidad tras el diagnóstico.

A partir de ese día, en 2022, mi capacidad de resiliencia me ha ido ayudando a afrontar cada situación. Mi fatiga e inestabilidad, mi debilidad muscular en la parte izquierda y la inestabilidad al caminar. Pero mi EM me salvó de alguna manera, al señalar que mis cervicales no estaban bien y era urgente evitar un daño irreversible a mi médula. No fue un impedimento para someterme a una importante intervención el mismo año de mi diagnóstico. Desde entonces, cada día agradecida, por haber descubierto lo realmente importante, esas personas que están ahí a pesar de, mis síntomas y mis cambios de humor….

Esta enfermedad no me define, sólo marca mis líneas rojas y me sirve para darme todos los permisos para estar cansada, no responder, priorizar mi ritmo… y todo sin culpa. Realmente, siempre habrá quien no entienda, pero ese será siempre su problema. La EM es invisible y no tenemos que convencer a nadie de nada.

Mi diagnóstico me hizo rodearme de gente con EM maravillosa, que comprende y comparte, en “Baile de Pingüinos con esclerosis múltiple”. Y en mi ciudad, compañeras con EM y ganas de mejora nuestra calidad de vida, apostando por la sanidad pública que nos atiende, y la práctica de actividades con las que mantenernos“EMmarcha”.

Quien está y se queda, no necesita entender, y hoy tengo a mi lado a la persona que está a pesar de conocerme ya con mi diagnóstico, sin saber nada de qué podría suponer tener esta enfermedad, que hace por conocer a mi EM como a mi misma, y que me impulsa a superar mis síntomas cada día. Que me acompaña a citas médicas porque quiere saber. Y en la práctica de ejercicio físico, porque creemos en la importancia de estar en marcha. Me anima a seguir con mi afición al aquagym, y a la escritura. Y me enseña que, a pesar de todo, rendirse no es una opción.





Comentarios

Entradas populares