Historia 21- Ainara Gordo Barrera
Hace justo 7 años desde que me diagnosticaron; esos días fueron oscuros, pero con el paso del tiempo se han ido convirtiendo en luz y fortaleza.
A partir de ese día tuve 2 opciones: dejar que EM. Me hundiera o unirme a ella y seguir con fuerza mi camino. Tome la segunda y es lo mejor que he hecho hasta el día de hoy.
Hay veces que me voy a mis recuerdos, a lo que podía hacer
antes y ya no y aunque me cueste lágrimas consigo ver lo que sí puedo hacer y
acabar esbozando una sonrisa.
Me he volcado en oír música, escribir, hacer realidad sueños,
disfrutar, intentar ser amiga de EM.
Empezaba una nueva vida y yo tenía claro que rendirse NO iba
a ser mi opción.
Siempre he sido "culo inquieto “a cuál se refiere a
quedarme en una misma ciudad; Madrid, Bilbao, Gerona, Gijón, Londres, Ecuador...lugares
en los que viví sin EM y un sinfín de viajes a diferentes ciudades.
Cansada, aburrida, enfadada...de estar en mi ciudad decidí
hacer algo que me daba mucho miedo hacer con E.M.; cambiar de ciudad. Me daba
mucho miedo meterla en la mochila, pero si no lo hacía, seguro me iba a
arrepentir
En esta nueva ciudad EM y yo nos vamos amoldando y
haciéndonos nuestro huequito aquí, EM me dio fuerzas para hacerlo ya que no me
va ganando la batalla.
Personas se van sumando a mí camino, a hacerme que el estar
en esta ciudad sea más fácil.
Voy consiguiendo objetivos; trabajo, apuntarme a ADEMVA, conocer...
Todo me lo ha puesto más fácil para que EM sea mi compañera
de viaje, de vida.
Se me olvidaba; también estoy haciendo realidad un sueño que
dentro de poco verá la luz: escribir un libro. A la vez tengo un blog que
empecé a escribir tras mi diagnóstico en el que plasmó mi vivencias y
sentimientos.
Ando con bastones y la mayoría de veces en mini-scooter. Al
principio fue un duro golpe ya que empecé a los 9 meses del diagnóstico. EM no
me va a frenar, siempre he dicho que andaré lo que pueda mientras pueda e
intentar hacer lo que se me ponga por delante; porque rendirse NO es mi opción.
Como siempre acabo en casi todo lo que escribo; gracias a la
gente que se suma a hacer este camino a mi lado.
A todos los que vivimos con EM. deciros que juntos somos más
fuertes que ella y que no dejemos que nos gane la batalla. Nos ha podido
quitar, pero también nos ha enseñado palabras como fuerza, resiliencia,
superación...y a qué cada vez que conseguimos un pasito a esbozar una sonrisa
por lo conseguido.
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